Mientras el Tipo de Interés Nominal sólo indica el porcentaje que se paga por un préstamo, la Tasa Anual Equivalente incluye todos los conceptos añadidos: el propio TIN, las comisiones, otros gastos, etc.

Comisiones, gastos de envío, costes de gestión o tramitación… Quien más, quien menos ha escuchado alguna vez esas denominaciones. Por supuesto, también ha sufrido los efectos de su aplicación, que invariablemente implica hinchar el importe que nos va a tocar pagar por un artículo o servicio. Además de la falta de transparencia que puede suponer en muchos casos, al no poder saber exactamente el precio final de un determinado bien. Para que no te veas en una situación así frente al banco, te conviene conocer las diferencias entre TIN y TAE. Pero, de entrada, ya te avisamos de que la clave para dar con ‘el precio final’ de un producto financiero se encuentra en la segunda, en la Tasa Anual Equivalente.

Qué es el TIN – Tipo de Interés Nominal

Uno de los aspectos fundamentales para descubrir si un préstamo te interesa o no reside en el dinero que te va a costar devolverlo. En bruto, ése es el concepto que recoge el Tipo de Interés Nominal, el TIN. Se trata del porcentaje fijo que se acuerda entre entidad y cliente, y que este último abonará por el dinero prestado. De forma coloquial el interés de un préstamo.

Puede plantearse un préstamo personal o hipotecario asociado a un porcentaje de devolución y, tras hacer números, cada cual establecer si le merece o no la pena. ¿Pero qué pasa con los otros gastos aparejados? Tan habituales, por cierto, en los productos bancarios.

Qué es la TAE – Tasa Anual Equivalente

En ese punto entra en escena la TAE, que desde el Banco de España recuerdan se calcula teniendo en cuenta el ya citado Tipo de Interés Nominal, la frecuencia de los pagos (mensuales, trimestrales, etc.), las comisiones bancarias y otros gastos de la operación. Es decir, todo aquel dispendio que conlleve el préstamo y que, al final del día, hay que abonar.

La también conocida como Tasa Anual Efectiva es la cantidad que pagas de verdad -el precio final- a quien te presta el dinero, agregando los gastos y considerando el tiempo que tardarás en reintegrar el importe recibido.

La TAE, anual

Así que la TAE esconde la fórmula para determinar si te interesa un préstamo o, por el contrario, se sale de tus límites. Esta magnitud comenzó a aplicarse en el año 1990 (antes sólo se usaba el TIN) y se expresa en términos anuales. De ahí -por esta última cuestión- que se incluyan en su cálculo los plazos de reembolso.

Diferencias entre TIN y TAE

En pocas palabras, el TIN hace referencia sólo a los intereses, mientras que la TAE muestra el coste añadido real de un préstamo. Ello cobra especial relevancia en las temidas comisiones bancarias, que pueden llegar a desestabilizar la competitividad de un producto. Tanto, que un préstamo con un TIN más bajo que otro puede resultar menos interesante si la TAE es más elevada debido, por ejemplo, al peso de las comisiones.

La TAE, en la letra pequeña

Como derivada de esa falta de información que implica el concepto de TIN, aconsejamos ser prudentes al leer expresiones como «rentabilidad del 3% TAE», «un depósito al 5% TAE», «un préstamo al 2,5% TAE» o «una cuenta al 1% TAE». Puede, sencillamente, que ninguna se corresponda con la realidad que expresa la TAE. Generalmente, no obstante, en la letra pequeña de los contratos y no en los llamativos anuncios que lucen en los escaparates de las oficinas bancarias.

¿Préstamos al 0%?

El asunto puede ir tan lejos que, por ejemplo, un préstamo al 4,95% TIN puede ser más competitivo que otro con un interés al 0%. Esto es fundamental. Veamos las cifras, que hablan por sí mismas.

  • Préstamo uno:
    • Importe: 12.000 euros
    • Plazo de devolución: 12 meses
    • TIN: 0%
    • Comisión de apertura: 3%
    • Seguro de protección de pagos: 1%
    • TAE: 7,87%
    • Cantidad total adeudada: 12.540 euros
  • Préstamo dos:
    • Importe: 12.000 euros
    • Plazo de devolución: 12 meses
    • TIN: 4,95%
    • Sin comisiones, sin seguros
    • TAE: 5,06%
    • Cantidad total adeudada: 12.324,18 euros

Los préstamos con impacto social directo de Wiloans

En Wiloans ofrecemos un nuevo tipo de financiación socialmente responsable. Se trata de facilitar préstamos entre particulares poniendo en contacto a ambas partes. No obstante, con un matiz novedoso: un mínimo del 25% de los intereses generados en cada préstamo -que se formalizan digitalmente- se destina a una acción social. La canalización de la misma se realiza a través de una ONG y son los usuarios quienes eligen el destino del impacto social directo entre las posibilidades que ofrece la plataforma. Con la financiación socialmente responsable de Wiloans todos ganan: inversor, prestatario y sociedad.

En Wiloans, sólo la TAE

Como consecuencia de ese enfoque, usamos únicamente la TAE como referencia. Actuamos de esa manera para ser lo más transparentes que sea posible, así como con el objetivo de simplificar las operaciones y que ambas partes tengan perfectamente claras las condiciones de las mismas. Un porcentaje en el que se incluyen los intereses, todos los intereses y también el conjunto de los gastos aparejados. Así que en Wiloans ‘precio final’ significa literalmente ‘precio final’.