Descubre cuándo conviene ir acumulando capital y en qué situaciones resulta más aconsejable ‘poner en marcha’ el dinero

 

¿Ahorrar o invertir?

Se trata de una pregunta clásica en el análisis y la gestión de las finanzas personales. De entrada, es preciso subrayar que, a pesar de que en ocasiones se utilizan como sinónimos, ambos conceptos presentan similitudes, sí, pero también diferencias. Te explicamos, en estas líneas, qué es ahorrar, qué es invertir y en qué circunstancias es más recomendable optar por uno u otro sistema.

 

 

Cuándo es sólo ahorro

Aunque es una práctica extendida desde tiempos inmemoriales y que hasta un niño puede entender, no está de más recordar en qué consiste ahorrar para así establecer en qué se desvía respecto a invertir. Pues bien, en el ahorro simplemente se aparta un dinero para usarlo en el futuro, se guarda para gastarlo o usarlo en un momento posterior. 

Siguiendo con el ejemplo relativo a la infancia, no hay más que visualizar mentalmente la típica hucha en forma de cerdito. Se van echando billetes y monedas en la misma hasta que un día, se encuentre llena o no, se rompe o se vacía y se coge la cantidad lograda para efectuar el consumo diferido que cada cual prefiera.

 

Diferencias entre ahorro e inversión

Aunque puede haber excepciones (por ejemplo, pedir prestado para invertir), en el segundo caso, se suele partir de un dinero previamente acumulado. Así que tanto en el ahorro como en la inversión se pospone un consumo o dispendio quedando esa posibilidad para tiempos venideros. 

No obstante, el objetivo es distinto en cada modalidad, ya que, en la segunda de ellas, la inversión, se ‘pone a trabajar’ el dinero para conseguir beneficios a cambio. Éstos pueden darse en forma de intereses o de ganancias, también en distintos horizontes temporales, como dividendos, transformándolos en capital patrimonial, etc. Es decir, que en la inversión se pone en circulación un determinado capital para que proporcione rendimiento. Ello implica, por supuesto, riesgos, impuestos y la opción de elegir entre un diverso y amplio abanico de vehículos y productos: bolsa, fondos, inmuebles, metales preciosos, depósitos, etc.

 

 

¿Ahorrar o invertir?

Sabiendo los puntos de coincidencia y teniendo igualmente en cuenta las disparidades, otro de los interrogantes más habituales en este campo surge ante la disyuntiva de apostar por ahorrar o invertir. De entrada, la lógica dicta que antes de empezar a andar conviene gatear. En otras palabras, que primero es recomendable ahorrar para crear un colchón financiero y, a continuación, dar el salto al mundo de la inversión.

¿Cuánto debes tener ahorrado?

Al decir de varios expertos, una referencia práctica para determinar en qué momento el capital acumulado es suficiente para comenzar a ‘mover el dinero’ es contar con el importe equivalente a seis nóminas ahorradas.

Invertir y ahorrar al mismo tiempo

Sin embargo, los especialistas también suelen coincidir en que ahorrar e invertir no son términos incompatibles, sea cual sea el horizonte vital. De esta manera, existe la posibilidad de compaginar ahorro e inversión. Esta doble actividad cobra especial sentido en los perfiles con gran capacidad de ahorro. 

Invertir todos los meses

Asimismo, resulta común la idea preconcebida de que cualquier inversión arranca con un capital inicial que se dedica a un destino durante un tiempo y, finalmente, se obtienen rendimientos positivos o negativos. Es un esquema clásico que, grosso modo, es válido. No obstante, ya se ha convertido en práctica corriente ir añadiendo un montante a las posiciones que se mantienen. Por ejemplo, 100 euros al mes procedentes del salario. 

 

 

La fuerza del interés compuesto

Otro camino aún más rentable es reinvertir los beneficios que se van consiguiendo. De este modo, se usa capital que no procede de los ingresos -que pueden destinarse a otras cuestiones- y la progresión de los resultados se vuelve geométrica. Es lo que se denomina interés compuesto, sin duda, una palanca eficaz de la que servirse.

Cada perfil es un mundo

Con todo, obviamente, hay que analizar caso por caso para tomar después una decisión: qué cantidad se tiene acumulada, la capacidad de ahorro, la situación personal y patrimonial, los ingresos, etc. 

Los préstamos con impacto social directo de Wiloans

En este sentido, puedes encontrar una vía eficaz para invertir en Wiloans, que, además, es socialmente responsable. Esta vía facilita préstamos entre particulares poniendo en contacto a ambas partes. No obstante, con un matiz novedoso: un mínimo del 25% de los intereses generados en cada préstamo -que se formalizan digitalmente- se destina a una acción social. La canalización de la misma se realiza a través de una ONG y son los usuarios quienes eligen el destino del impacto social directo entre las posibilidades que ofrece la plataforma. Con la financiación socialmente responsable de Wiloans todos ganan: inversor, prestatario y sociedad.

Ventajas de invertir a través de Wiloans

Así, Wiloans se posiciona como una de las opciones de inversión y ahorro más seguras, ya que, por un lado, al ser contratos de préstamo que en su inicio no exceden de los 2.000 euros, en caso de impago, se aplica un procedimiento monitorio. Éste consiste en un proceso rápido de reclamación de deudas, un juicio sencillo en el que ni siquiera se requieren los servicios de un abogado.

Por otra parte, se ofrecen cuotas mensuales al inversor que, en el momento de finalizar el contrato de préstamo, dispone nuevamente del capital de partida añadiendo los intereses que haya ganado y con la opción de volver a invertir su dinero o retirarlo.